La vida esta llena de caídas. Caída del ordenador que me ha obligado a estar más tiempo del que me hubiera gustado ausente del blog; caída (decaída) de moral cuando veo, o mejor dicho no veo, la cantidad de fotografias que habré perdido si no logro rescatar el disco duro. Y, como no, las frecuentes caídas por casualidad en algunos lugares que encontramos sin buscarlos y nos sorprenden por lo especiales que son como el de hoy.

