Paseando mi soledad
por la playa de Marbella,
yo te vi cartagenera,
luciendo tu piel morena,
y en tibias noches de luna,
cuando me besa la brisa,
yo siento cartagenera,
el cascabel de tu risa.
cuando me besa la brisa,
yo siento cartagenera,
el cascabel de tu risa.
Los tres sudamericanos, Antonio Machin y ahora yo. Estoy en la cuesta de La Baronesa, hogar y refugio de los marinos de la tierra (y el mar). Y como veis musical y casi poética pero Cartagena desde hace unos años es otra y eso me alegra y se me nota. No es que vuelva a ser lo que era, sino que como ciudad milenaria esta distinta, cambiante, más abierta y luminosa, paseable y con múltiples lugares de parada. Uno de ellos Theatrum, bistro de tapas, pinchos y vinos con música y copas los fines de semana, Sinceramente ¿Dudarias en entrar?
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