Hoy es el día. Nuestra tradición manda y empieza a prepararse la Navidad en casa. Montar el árbol y Nacimiento, colocar los adornos y preparar las bandejas con los dulces. Supongo que en algunos hogares esto será lo último como justa recompensa de las horas de trabajo. En la mia año tras año se convierte en lo primero y a veces lo único de este día.
Y eso que ya tenemos experiencia pero lo que debería ser algo simple y planificado se va convirtiendo en
una operación rescate: comprobar si el Belén sobrevivió un año más apilado como estaba en el sótano;
desenredar y comprobar las luces de navidad rezando porque el seguro cubra el posible incendio de los cortes de cable y uniones de
cinta aislante; los adornos frágiles que se escondieron tan bien que una
recuerda que están junto a los tornillos del árbol así que en cuanto
encuentre estos seguro que aparece lo demás.
¿Lo entendéís? a preparar la bandeja, que en el fondo si fuera lista debería dejar vacia. En el anuncio del espetec todos son sospechosos. En casa, están claros, los preferidos de cada uno van desapareciendo dejando los huecos reveladores de quien ha sido el último que ha estado cerca. Lo malo es que todos están muy, muy cerca y donde antes no se veia la bandeja ahora solo por el azúcar se sabe que alli hubo un mantecado.
Asi que ahora, antes que empiece el estrés prenavideño tenia que contarlo. Y encima me doy cuenta que no lo he hecho bien. He escogido mal la temática de las fotos. Cierra los ojos un momento, ahora ábrelos e imagina que estas enfocando una de estas bandejas de Reposteria Pedrín y resiste a que tu mano se alargue. Llevaré en el ordenador una hora y no se cuanto voy a aguantar más sin bajar a por uno. Dulce navidad es un villancico. Tal y como me siento ahora no puedo apartar los ojos de ti de Frank Valli podría ser otro
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