Me gusta descubrir y que me descubran sitios.
Tiene un doble placer, el encontrarlos y luego el compartirlos, aunque es verdad que en el blog lo hago menos de lo que debiera porque es curiosa la timidez que me da sacar la cámara en ciertos momentos.
El descubrimiento este fin de semana ha sido en Cartagena, en la calle La Palma, (paralela a la del Carmen),
en la que nada te llama a entrar o pasear por ella salvo que sepas lo que buscas o la casualidad te lleve.
Si tienes la suerte que te lleven o el azar te es venturoso encontrarás el restaurante El Callejón, con su doble alternativa de entrar al interior del local o a su terraza, que fue la opción escogida y a las que corresponden las imágenes. Un enclave sorpresivo en el que sustituyen las vistas por un espacio acogedor y con estilo propio para picotear, comer o tomar una copa.
Como llegamos temprano y todavía no habia mucha gente me decidi a tomar algunas imágenes. Lo malo fue que no venciera la timidez hasta después de los entrantes (cualquiera se los perdía) como el pulpo a la cartagenera, las croquetas de jamón duróc o los boquerones en vinagre con cebolla confitada. Si, lamentablemente no hay imágenes de ellos.
Tampoco os puedo transmitir los sabores así que tendréís que ir, pero si antes queréis curiosear os dejo el enlace a su página web.
Tiene un doble placer, el encontrarlos y luego el compartirlos, aunque es verdad que en el blog lo hago menos de lo que debiera porque es curiosa la timidez que me da sacar la cámara en ciertos momentos.
El descubrimiento este fin de semana ha sido en Cartagena, en la calle La Palma, (paralela a la del Carmen),
en la que nada te llama a entrar o pasear por ella salvo que sepas lo que buscas o la casualidad te lleve.
Si tienes la suerte que te lleven o el azar te es venturoso encontrarás el restaurante El Callejón, con su doble alternativa de entrar al interior del local o a su terraza, que fue la opción escogida y a las que corresponden las imágenes. Un enclave sorpresivo en el que sustituyen las vistas por un espacio acogedor y con estilo propio para picotear, comer o tomar una copa.
Como llegamos temprano y todavía no habia mucha gente me decidi a tomar algunas imágenes. Lo malo fue que no venciera la timidez hasta después de los entrantes (cualquiera se los perdía) como el pulpo a la cartagenera, las croquetas de jamón duróc o los boquerones en vinagre con cebolla confitada. Si, lamentablemente no hay imágenes de ellos.
Tampoco os puedo transmitir los sabores así que tendréís que ir, pero si antes queréis curiosear os dejo el enlace a su página web.
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