Y eso que vivo cerca pero es llegar estas fechas y me siento un poco Rodrigo de Triana redescubriendo la playa. Cambio el nomadeo de los paseos por el sedentarismo de la toalla y la bolsita con el móvil por el capazo con todos los "por sí". Tantos que cuando empiezo el despliegue temo que me llamen la atención por montarme el chiringuito ilegal (si, también llevo cerveza y a veces patatas y gusanitos). Claro que lo piensas y ves que es algo genético, una no va a la playa, una va de expedición porque así se lo han enseñado y tiene momentos.
Hay una época dulce, en la que te ponían Nivea
Print
PDF